El hecho de que el perro salte sobre las personas que entran en casa o que se acercan es un tema que causa mucha preocupación entre los propietarios. Las consultas sobre este aspecto se centran más en perros de raza grande ya que resultan más molestos: puede llegar a ser peligroso si lo hace sobre niños o personas mayores.
Normalmente es un comportamiento que seguramente hemos reforzado durante su etapa de cachorro sin ser conscientes; durante esos primeros meses disfrutamos de esa efusividad en la muestra de afecto y les dejamos subirse, apoyar las patas, lamernos, etc., sin sospechar que en el futuro puede llegar a convertirse en un problema.
Normalmente los dueños intentan solucionarlo utilizando comandos poco consistentes lo que provoca que el problema sea más persistente aún si cabe. Esto a su vez ocasiona mucho estrés en los propietarios que intentan castigar la conducta con enfado, lo que a su vez agrava la situación.
Muchos adiestradores intentan explicar esta conducta basándose sólo en las pautas etológicas de los lobos donde los miembros que saltan sobre otros miembros lo hacen por una cuestión jerárquica: imponer su dominancia ante otro miembro más débil. Lo cierto es que esta concepción del problema es simplista y no considera al perro como una etoespecie diferente al lobo. Es verdad, los estudios que existen sobre lobos son muy útiles, pero también es cierto que en la mayoría de los casos se quedan cortos para explicar el comportamiento canino. El perro lleva miles de años compartiendo vida y costumbres con los humanos por lo que este tipo de comportamiento que se da en contextos de vida doméstica no puede ser explicado sólo en función de las reglas de dominancia. Existe una relación, sustancialmente diferente de la que establecen con sus iguales, que implica una relación intersubjetiva con el hombre.
Posibles causas
En la mayoría de los casos el perro salta de alegría para dar la bienvenida a su amo o a las personas que llegan. Es una conducta relativamente natural donde el perro se excita y expresa esa excitación y esa alegría saludándonos de forma muy efusiva.
También existen casos donde el perro salta sobre las personas para intentar imponer una posición dominante. Este tipo de problema es muy poco frecuente pero cuando sucede, es importante tratarlo a tiempo porque puede resultar peligroso para las personas.
¿Por qué se mantiene?
Muchas personas explican que su perro les salta cuando llegan a casa aunque siempre le regañen efusivamente. Para entender por qué una conducta que nosotros estamos “castigando” se mantiene a lo largo del tiempo tenemos que entender un concepto básico de las leyes de aprendizaje animal. Un castigo, por definición, siempre reduce la probabilidad de que la conducta aparezca en el futuro. Si con nuestras regañinas el perro continúa saltando sobre nosotros sólo podemos concluir una cosa: que esas regañinas no funcionan como un castigo para el perro.
¿Qué podemos hacer?
Como en casi todos los problemas de comportamiento hay diferentes niveles y formas de abordarlo. Para modificar este tipo de comportamientos es importante ser consistentes a la hora de aplicar la técnica elegida; hay que saber que cuanto más tiempo lleve establecido, más tiempo necesitaremos para cambiarlo. Por supuesto, si estamos hablando de un cachorro, cuanto antes le enseñemos a saludar de una forma tranquila y estable mejor.
Dependiendo sobre todo del grado de excitación con el que nos recibe el perro deberemos aplicar un tipo de técnica u otro. También podéis probar para encontrar la técnica que mejor funcione con vuestro perro. Sólo hay que ser conscientes que estos problemas requieren tiempo y que no basta con aplicar 4 días la técnica para que el perro modifique una forma de saludar que seguramente lleva bastante tiempo establecida. Vamos a repasar algunas de las cosas que podemos hacer:
– Contracondicionarle: pedirle una acción incompatible con el salto. Muchos adiestradores aconsejan utilizar el comando “sentado” para abordar este tipo de problema. Desde NOSINMIPERRO no aconsejamos utilizar este comando para solucionar este problema ya que consideramos que de alguna forma lo empeora (contracondicionamiento estático); pidiéndole que se siente lo único que hacemos es que el perro se cargue de “ganas” (presión pasiva de la motivación) y de alguna forma generamos energía residual y más inquietud en el perro, que es justo lo que queremos evitar.
Es más aconsejable utilizar una acción incompatible que implique movimiento en el perro (contracondicionamiento dinámico), por ejemplo, dar vueltas alrededor de nosotros, pero sólo en los casos donde las circunstancias obliguen a ello.
– Una técnica que da resultados bastante positivos pero que requiere tiempo y mucha constancia es el “saludo pesado”. ¿Cómo podemos hacerlo? Cuando llegamos a casa y el perro nos salta, le agarramos y le saludamos sin dejar que se baje, de forma muy efusiva. Debemos mantener esta actitud hasta que el perro haya dado muestras muy claras de querer zafarse de nosotros porque le estamos agobiando. Lo que se pretende conseguir es que sea el propio perro el que deje de querer saludar de esa manera, y por lo tanto, solucionamos el problema de la carga motivacional que explicábamos en el punto anterior.
– Saludar de forma tranquila: más que una forma de abordar este problema específico, es una norma general para tratar al perro, sobre todo cuando tenemos que abordar problemas de tipo efusividad, nerviosismo, estrés…
– Saludarle sólo cuando se haya calmado y de una forma tranquila; podemos agacharnos a la altura de sus ojos (para manejar la predisposición a saltarnos encima), hablarle bajito y acariciarle suavemente. Hay que tener en cuenta que hasta que no llegue al estado de calma debemos ignorarle por completo, dándole la espalda si es preciso. Esta manera de actuar es la correcta para educar a un cachorro para que en el futuro salude de forma tranquila.
– Ejercicio físico: todos los problemas de comportamientos que tienen que ver con nerviosismo, ansiedad, estrés, etc., mejoran notablemente cuando el perro está cansado. Al hacer ejercicio eliminamos energía residual del perro que siempre influye de forma negativa en este tipo de problemas. El ejercicio físico es una parte fundamental para el bienestar de tu mascota en general, pero más importante si cabe en estos casos.
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Ana Jiménez Fernández
Licenciada en Psicología y Adiestradora canina
Hola, tengo un perro de raza Spaniel Breton de caza el cual necesita gastar mucha energia y yo no puedo proporcionarle el ejercicio que necesita, solamente cuando tengo tiempo. A parte de este grave problema, hay otro mayor, el perro ha empezado a no venir cada vez que le suelto el se va y no atiende ni a premios,ni a las constantes llamadas, y hace poco tuve una mala experiencia estuve 1 hora para cojerle, y otra vez tuvieron que venir 2 amigos míos. En fin solo son algunos casos porque más o menos lo hace casi siempre (empezó hace unos meses) estoy harta y amenazan con regalarlo pero yo le quiero y no sabemos como corregir eso, espero respuestas porque temo que le pase algo, Gracias, un saludo.