Los perros, como animales sociales que son, le dan un peso muy importante a la comunicación. A diferencia de los humanos donde el lenguaje ocupa un espacio privilegiado, los perros utilizan un sistema de comunicación basado fundamentalmente en señales olfativas, auditivas, visuales y táctiles; es decir, en la comunicación canina todos los sentidos ocupan un lugar importante en el intercambio de mensajes, algo que resulta especialmente interesante.
Saber interpretar e identificar las señales que los perros utilizan para comunicarse con nosotros y con sus semejantes es de vital importancia para mejorar la convivencia. En este artículo vamos a repasar la comunicación auditiva, una parte esencial de la comunicación en los perros. (Ver: El olfato y la comunicación y Comunicación Visual).
Los perros son capaces de oír sonidos que para los humanos pasan inadvertidos. Dado que el oído es tan afinado, los perros confían mucho más en este sentido que en la vista.
¿Cómo funciona el oído en el perro?
Las orejas de los perros son de todos los tamaños y formas, como habremos podido comprobar en nuestra experiencia. La característica fundamental es la movilidad de las orejas, algo que le permite abarcar más superficie y localizar el origen de la señal con mayor precisión. Es verdad que algunas razas tienen una movilidad más reducida, pero aún así, su capacidad auditiva tiene unas características específicas que le otorgan unas capacidades especiales.
El sonido, que en realidad son vibraciones del aire, es recogido por el pabellón de la oreja y dirigido a través del conducto auditivo externo hasta el tímpano. Las vibraciones en el tímpano son transmitidas a través de una cadena de huesecillos (“los huesecillos del oído”) hasta el oído interno. Una vez captados dichos sonidos, se transforman en impulsos nerviosos que son conducidos hasta el nervio aditivo.
Tipos de señales auditivas
El lenguaje sonoro del perro es bastante limitado y siempre debe ser interpretado junto al resto de señales comunicativas, esto es, señales visuales y olfativas. Algunos especialistas insisten en que el canal auditivo es simplemente la forma que tienen los perros de atraer la atención de otros miembros y así poder emplear otro tipo de señales comunicativas más claras.
1. Ladrido
Es el tipo de comunicación más frecuente y puede estar ligado a diversas situaciones y significar cosas muy diferentes según el contexto o el estado anímico del animal. Normalmente el ladrido refleja un estado de alarma o excitación ante una situación determinada. Los lobos adultos apenas ladran, sólo lo hacen durante su etapa de cachorro y por lo tanto es una característica infantil del perro que ha sido seleccionada por el hombre en el proceso de domesticación para su beneficio; se considera la primera alarma antirrobo de la historia.
Se pueden distinguir tres tipos de ladridos principalmente:
. Ladrido de alarma: Los perros ladran cuando se sienten amenazados. El ladrido no es en sí un indicativo de agresividad; para que sea interpretado como una señal inequívoca de agresividad debe ser considerado junto a la postura corporal, que es realmente la que nos dará la clave.
. Ladrido por separación: Sucede cuando el perro ladra al verse separado de su propietario reflejando así un estado de ansiedad y nerviosismo asociado al ladrido. En realidad este tipo de ladrido es considerado un problema de conducta que se denomina ansiedad por separación y suele ser un motivo de consulta habitual entre los propietarios.
. Ladrido de reclamo de atención: Los perros rápidamente entienden que sus ladridos causan reacciones entre las personas que les rodean (se enfadan, les temen, les acarician…). Es decir, llegan a deducir que cuando ladran, por unas cosas o por otras, atraen la atención de las personas que están con ellos. Es por ello que muchas veces lo utilizan como forma de llamar la atención. Este tipo de problema puede llegar a causar reacciones negativas entre los propietarios que a su vez adoptan posturas de enfado que no suelen favorecer la desaparición del ladrido por atención. Por lo tanto si la atención es lo que está manteniendo ese ladrido persistente, la ausencia de atención por definición deberá reducir la frecuencia y la posibilidad de que se repita en el futuro.
2. Aullido
A diferencia de lo que pasaba con el ladrido, el aullido aparece con mayor frecuencia en lobos que en perros. Los lobos utilizan el aullido como forma de mantener la cohesión de la manada, como sistema de comunicación durante la época de apareamiento y también con función territorial. El significado del aullido en los perros no está del todo definido y su finalidad no se conoce con exactitud.
Los perros suelen aullar en respuesta a ciertos sonidos de alta intensidad y de frecuencia media-alta como la sirena de una ambulancia. No se conoce con exactitud el significado de este aullido pero sí está demostrado que no debe interpretarse como signo de malestar o sufrimiento del perro.
También se observa el aullido en algunas ocasiones al verse separado de su dueño lo que refleja un problema de ansiedad por separación.
3. Gruñido
Es una de las señales propias de la secuencia de agresividad, ya sea dirigida hacia personas o hacia otros perros. Es una señal de aviso para mantener alejados a otros animales o personas. Salvo cuando aparece mezclado con señales inequívocas de juego, el gruñido debe ser motivo de preocupación ya que está asociado a la agresión.
4. Gemido
El significado de gemido es muy diverso. Los cachorros empiezan a gemir como forma de llamar la atención de la madre pero un perro adulto puede gemir desde para escapar de una situación que le produce miedo hasta para obtener atención de sus dueños. En este último punto, y como ya hemos comprobado en ladrido y aullido, si el perro descubre la relación entre gemido y atención es posible que desarrolle un problema de demanda atencional por lo tanto hay que tener cuidado con eso.
Como hemos visto, la mayoría de señales auditivas que lanzan los perros no pueden ser interpretadas de forma aislada. Debemos atender al resto de señales, poniendo principal énfasis en las corporales para intentar entender la motivación del perro al emitir ese tipo de señales y así realizar interpretaciones más completas de sus intenciones comunicativas. No hay que olvidar que el esfuerzo interpretativo lo tenemos que poner nosotros y que siempre tenemos que ser los que nos adaptemos a su sistema de comunicación para favorecer una convivencia saludable.
Bibliografía:
J.FATJÓ, X. MANTECA (2005). El perro: educación y cuidados. Consulta de difusión veterinaria. España.
J. M. GIFFIN, L.D. CARLSON (2002). Manual práctico de veterinaria canina. Editorial el Drac S.L. España.