Juguetes básicos para perros

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Juguetes para perros

Juguetes básicos para perros

Jugar es una parte fundamental de la educación de nuestro perro como apuntábamos en La importancia del juego en el cachorro. El juego sin duda aporta gasto energético, pero también sirve  para relacionarse con los demás miembros de la familia y crear vínculos afectivos saludables con ellos.

Los perros son animales curiosos, alegres y juguetones, sobre todo algunas razas más activas. Por este motivo, jugar con el perro es una parte fundamental de la educación.

La forma en la que juguemos con nuestro perro determinará en gran medida la forma en la que el perro aprenda a relacionarse con su medio: a través del juego podemos enseñarle a autocontrolarse, a seguir normas y a hacer ejercicio de una forma controlada.

Lo más importante que debemos aprender a tener en cuenta cuando juguemos con un perro es a crear unas normas previas de obligado cumplimiento que le den un valor adicional a la diversión. Ahora os comentaremos cómo jugar y cómo crear dichas normas para aprender a educar a través del juego.

¿Qué juguetes podemos utilizar?

En el mercado existen infinidad de juguetes y de modelos pero siempre deberemos asegurarnos de que el juguete que adquirimos es apto para la edad,  fuerza y tamaño de nuestro perro.

A la hora de elegir el juguete adecuado  para nuestra mascota deberemos tener en cuenta la forma en la que juega: por ejemplo, si el perro acostumbra a romper el juguete, es mejor comprar juguetes duros o de hilos para evitar que pueda ingerir partes del juguete perjudiciales para la salud.

Por norma general los juguetes suelen dividirse en:

– Básicos: pelotas, mordedores, nudos, huesos de silicona…

– Interactivos:  todos aquellos juguetes  en los que cuando el perro interactúa con ellos consigue un premio.

En este artículo vamos a centrarnos en la utilidad de los juguetes básicos.

¿Cómo jugar?

Hay diferentes formas de jugar con nuestro perro utilizando juguetes básicos: perseguir y traer, tira-afloja y morder. En todos ellos el perro está disfrutando del juguete y generando conducta y gasto energético. Quizás el menos práctico educacionalmente hablando es el de morder ya que consiste únicamente en dejar un juguete para que el perro “lo destroce” y no sirve para educar ni para controlar el estrés.

En el resto de los juegos es muy importante seguir una serie de normas para conseguir educar a través del juego.

Normas básicas

– El juego lo empezamos y lo terminamos nosotros. Para conseguirlo únicamente tenemos que asociar un comando, por ejemplo “nada más” al final de la actividad y retirar el juguete de forma definitiva durante ese paseo. De esta forma conseguimos que el perro no se obsesione con el juguete y consiga desconectar tras nuestra orden y centrarse de nuevo en el paseo. Por esta razón, aconsejamos que el juguete sea algo que nosotros le damos y no algo que coge él por la calle (tipo palo o piedra) ya que de esa forma nos resultaría muy difícil poner fin a la actividad y por lo tanto sería más propenso a obsesionarse.

– Traer y soltar: tanto con mordedores como con pelotas debemos enseñarle a traer y a soltar a nuestra orden. Podemos ayudarnos de una correa larga e ir enseñando a que el juego sólo continúa cuando obedece las órdenes. El juego es una buena forma para enseñar al perro a obedecernos a través de actividades divertidas con nosotros. Cuidado con el nivel de exigencia, estamos jugando.

– No hay que intentar arrebatarle el juguete de la boca a no ser que estemos jugando al tira y afloja. El perro nos debe entregar el objeto a nuestra orden: es una parte básica de la educación que le enseña a gestionarse y a autocontrolarse. Si quiere seguir jugando con nosotros es importante que respete las normas.

– Nosotros también debemos respetar las normas del juego. Si jugamos a disputar un objeto y creemos que se merece llevárselo por lo fuerte que está tirando, se lo podemos dar:  debemos dejarle ganar de vez en cuando.

– Por último y lo más importante, el juego es la mejor forma para crear un vínculo saludable con nuestro perro donde aprendamos a respetarnos mutuamente y a divertirnos juntos. Aunque hay que fijar normas, deben exigirse de forma moderada y siempre habiéndolas enseñado antes. Lo importante del juego es divertirse y generar salud no la obediencia.

¡¡¡A jugar!!!!

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Ana Jiménez Fernández

Licenciada en Psicología y Adiestradora Canina

Ver: Cómo jugar con la pelota

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