Intervención asistida con animales

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Intervención Asistida por animalesLas intervenciones asistidas con animales son intervenciones dirigidas a un objetivo específico dentro de un marco de rehabilitación más amplio que a su vez integra otros objetivos específicos. Deben estar dirigidas, desarrolladas y evaluadas por un profesional de la salud y se pueden llevar a cabo de forma individual o grupal. A través de la interacción con el animal el terapeuta consigue objetivos específicos de mejora, evalúa resultados y planifica las sesiones posteriores. De esta forma, el animal forma parte activa en el proceso de rehabilitación.

Evolución histórica

El vínculo hombre – animal es histórico; los animales han estado ligados al hombre desde mucho tiempo atrás, proporcionado a los seres humanos una gran cantidad de beneficios, desde la protección al trabajo pasando por el compañerismo y, más recientemente, los deportes.

La primera vez que se utilizaron animales como complemento a la terapia en una institución fue en el asilo de York, en Inglaterra, en 1792 de la mano de William Tuke. Incluían animales como parte del entorno habitual y estimulaban a los pacientes para que los cuidaran. Se utilizaban medios positivos para tratar a los pacientes. Lo que observaron fue que, no sólo daban diversión a los pacientes, sino que tendían a despertar sentimientos de sociabilidad y benevolencia.

En Bethel, Alemania, en 1867 incluyeron animales de granja, animales de compañía y un programa ecuestre que tuvo mucho éxito (Bustad, L.K., 1981-82).

El uso de animales como ayuda terapéutica en EEUU comenzó en el Hospital para convalecientes de la Fuerza Aérea del ejército en Pawling, Nueva York. Utilizaban animales de granja, pequeños anfibios y reptiles de los bosques cercanos para estimular a los pacientes a que se relacionaran con ellos.

En 1948 Samuel B. Ross fundó el centro Green Chimneys, una granja para la reeducación de niños y jóvenes con problemas de comportamiento a través del trabajo con animales.

Oficialmente, la Intervención Asistida con animales (en adelante IAA), comenzó en 1953 de la mano del psiquiatra Boris Levinson y su perro Jingles, que se encontraba en la consulta cuando llegó con antelación una madre con su hijo. Levinson se dio cuenta de que el joven, que era retraído y poco comunicativo, interaccionó positivamente con el perro. Este descubrimiento le permitió tratar al joven y lograr finalmente su recuperación, ya que Jingles actuaba como intermediario entre el niño y Levinson, permitiendo al niño desarrollar la confianza con el terapeuta. A partir de ahí comenzó a investigar sobre la influencia de los animales de compañía en la salud humana, lo que impulsó más investigaciones al respecto (Cusack, O., 2008)

Sam y Elizabeth O´Leary Corson en los años 70, investigaron el comportamiento de los perros en el Hospital de la Universidad estatal de Ohio. Seleccionaron a los pacientes más introvertidos para un proyecto piloto que pretendía averiguar los resultados de su relación con los perros. Al final cuarenta y siete de los cincuenta participantes mejoraron, muchos de ellos dejaron el hospital. Los señores Corson continuaron su trabajo en la clínica Castle, en Ohio, y observaron que la interacción con los animales promovió la autoconfianza, incrementó la responsabilidad entre los participantes y facilitó la interacción social entre los internos y entre éstos y el personal. (Corson, S.A. y Corson, E.O., 1978)

En 1955 Friedman y Thomas demostraron que la relación con los animales de compañía permitía una tasa de supervivencia a los ataques cardiacos de un año (independientemente de la severidad). En este estudio también demostraron que perros y gatos tienen diferentes efectos sobre las personas.

Es importante señalar, que los animales por sí mismos no constituyen una terapia, sino que son instrumentos que actúan como mediadores entre el terapeuta y el usuario para facilitar el efecto de la terapia aplicada.

Características de la IAA

La intervención asistida con animales lo que hace es incorporar dentro de un proceso terapéutico “convencional” una herramienta novedosa como es un animal, de tal forma que puede favorecer el proceso de mejora. Según las características de los usuarios será más beneficioso utilizar uno u otro animal. Así el uso de animales dentro del proceso terapéutico será útil si tenemos en cuenta los usuarios que van a participar y las características y funciones que va a desempeñar dicho animal dentro del proceso.

            En la interacción con animales podemos diferenciar varios tipos:

  • Actividades asistidas por animales (AAA): no tienen unos objetivos específicos de tratamiento, se utiliza a los animales entrenados para hacer actividades divertidas a través de las cuales se logra motivar a los participantes, que obtendrán una serie de beneficios emocionales, relacionales y educativos.
  • Intervenciones asistidas por animales (IAA):son programas diseñados con unos objetivos terapéuticos y/o educacionales para promover mejoras a nivel físico, social y/o cognitivo de la persona por un profesional de la salud o la educación. Cuentan con unos objetivos específicos para cada individuo y el animal actúa como coterapeuta. Podemos distinguir:
    • Terapias asistidas por animales (TAA): llevadas a cabo por profesionales de la salud, su objetivo principal es la mejora del usuario a nivel físico, social y/o cognitivo.
    • Educación asistida por animales (EAA): llevadas a cabo por profesionales de la educación, el objetivo principal es la mejora educativa del usuario.

En muchos casos, la TAA se aplica como terapia alternativa en diferentes instituciones (centros de día, residencias, hospitales, etc) y aporta múltiples beneficios al motivar e implicar a los usuarios en la terapia. Además, trabajar con perros tiene un carácter lúdico y motivador para el propio personal del centro y los usuarios, que son capaces de estar concentrados durante la terapia. De hecho la mayoría de los estudios indican que hay una gran aceptación de este tipo de intervenciones por parte del personal de las instituciones.

Para llevar a cabo un programa de terapia o educación asistida con animales es necesario, además del profesional de la salud o la educación, un profesional que sepa manejar al animal (que puede ser el mismo profesional sanitario o educativo) y uno o varios animales específicamente entrenados para poder ser integrados en las sesiones.

 IAA

En general, los beneficios que aporta el perro en la intervención asistida con animales son los siguientes:

  • Es un facilitador social que proporciona aceptación incondicional, ya que los perros no tienen prejuicios, no juzgan a las personas con las que se relacionan y siempre perdonan sin discriminar a nadie.
  • Facilita la comunicación y expresión de emociones, esta conexión entre el perro y el usuario sirve como hilo conductor para llegar a las relaciones con otros seres humanos. Ayudan a que el paciente deje de centrarse en sí mismo y sus problemas, proporciona estimulación mental y es una distracción positiva.
  • Es un estímulo multisensorial que rompe la monotonía, permite una interacción más normalizada, además de ayudar en la estimulación temprana de los bebés. Son capaces de captar la atención y motivación del paciente mejorando su cooperación e implicación en la terapia.
  • Incita al juego y ayuda a reducir el estrés que determinadas situaciones pueden crear. Un animal es más efectivo que los juegos o juguetes tradicionales, ya que al ser un ser vivo provoca en los niños una gama de reacciones más amplia y permite que el niño traslade más fácilmente su interés hacia otros seres vivos, como el terapeuta.
  • Es un modelador de comportamientos, ya que se le atribuyen características y cualidades humanas.
  • Tiene la capacidad de relacionarse con los usuarios y ayuda a que estén motivados por la terapia. Facilitan la socialización entre los usuarios, entre usuarios y personal del centro y con los familiares.

Todas estas características de los animales actúan como facilitadores del proceso educativo y/o terapéutico ayudando a establecer unas condiciones óptimas en la sesión.

Los animales de terapia deben haber recibido y superado un entrenamiento específico para poder poner en marcha cualquiera de los ejercicios que se plantean durante una sesión, además de contar con una serie de características que les hagan óptimos para la intervención y contar con un profesional en su manejo que esté pendiente en todo momento del buen estado del animal.

En Huellas Adiestramiento y Terapia utilizamos como animal de terapia el perro, es nuestro coterapeuta, ya que es muy polivalente, permitiéndonos trabajar con diferentes colectivos y es fácil trasladarlo a las distintas instituciones.

Los perros de terapia deben reunir una serie de características:

  • Tamaño mediano o incluso pequeño, ya que nos permite introducirlos en diferentes ambientes.
  • Tener un buen estado de salud. Además, en todo momento, se vela por la seguridad y bienestar del animal y está bajo un estricto control veterinario.
  • Estar muy bien socializado y habituado a todas las posibles situaciones que se va a encontrar, porque va a estar en contacto con usuarios muy diferentes unos de otros, en lugares poco usuales y con utensilios en muchas ocasiones muy aparatosos (por ejemplo sillas de ruedas, muletas, bastones, etc).
  • No debería presentar problemas de comportamiento (fobias, miedos, etc)

Una vez seleccionado un perro con estas características se procedería a su entrenamiento como perro de terapia.

rehabilitación con animales

Hay una cosa que no debemos olvidar, y es que tanto el perro, como el usuario y el profesional que lleva la sesión deben disfrutar de la misma, porque lo que se busca es el bienestar del usuario.

Intervención asistida con animales en la actualidad. Aplicaciones.

Actualmente la IAA se aplica a una gran cantidad de ámbitos, véase los Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD), Demencias, Educación Especial, Fisioterapia, Daño Cerebral, Esclerosis Múltiple, Enfermedad Mental, Exclusión Social, Drogodependencias y un largo etcétera.

Si bien, los estudios realizados en estos ámbitos no son muy numerosos, poco a poco se va abriendo camino entre los profesionales de la educación y la sanidad, ya que proporciona una gran cantidad de beneficios con pocos recursos.

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Miriam Baonza Martín

Adiestradora profesional

Psicóloga de Huellas Adiestramiento y Terapia

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BIBLIOGRAFÍA

Busted, L. K. (1980), Animals, aging, and the aged, Minneapolis: University of Minnesota Press.

Levinson, B. M. (1969), Pet-oriented child psychotherapy “Psicoterapia infantil asistida por animales”. Springfield, IL: Charles C. Thomas.

Fine, A. H. (2000) Handbook of Animal-Assisted Therapy Theoretical Foundations and Guidelines for practice. “Manual de terapia asistida por animales”. Fundación Affinity. Ed.2003

Corson, S. A. y Corson, E.O (1978), Pet as mediator of therapy. Current Psychiatric Theories.

Corson, S.A., Corson, E. O., O´Leary, D., DeHass, G.R., Gwynn, P., Arnold, E y Corson, C. (1976). The socializing role of pet animals in nursing homes: An experiment in nonverbal communication therapy. Columbus, Ohio: Universidad estatal de Ohio: Departamento de Psiquiatría.

Cusack, O. (1988). Pets and mental health. “Animales de compañía y salud mental” Fundación Affinity. 2ª Ed. 2008

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